La iglesia Renacer em Cristo la fundan en el año 1986 Estebam Hernándes Filho y su esposa, Sonia Haddad Moraes Hernándes, actualmente juzgados por “blanqueo” de dinero de una organización criminal. El año pasado intentaron archivar la causa contra ellos con un “habeas corpus” al Tribunal Superior de Justicia de Brasil y al Tribunal Supremo Federal, ambos desestimados.
La policía sospecha que el matrimonio se enriqueció a costa de donaciones de fieles y de no pagar muchos compromisos financieros adquiridos. A la vez, parece ser que la Iglesia se hizo cargo de una banda criminal, que pasaron a liderar y con la que han cometido diversos crímenes.
Ambos, Esteban y Sonia, fueron detenidos en Enero de 2007 cuando intentaron entrar en Estados Unidos (Miami) y les descubrieron, escondidos dentro de una Biblia, 76.000 dólares, después de haber declarado que no portaban más de 10.000. Fueron a prisión acusados de tráfico de divisas y ellos mismos se declararon culpables. Ahora están en libertad condicional y no pueden marchar de Estados Unidos.
Cuando regresen a Brasil les espera una nueva acusación: la de haber desviado unos 75 millones de euros del patrimonio de la Iglesia a su patrimonio personal.
Con esta contundencia escribía en su blog Hristo Pau, un catalán que parece conocer muy bien la realidad brasileira y cuyo texto me he permitido traducir al castellano.
El propio Kaká, sin duda el miembro más destacado de esta secta evangélica de inspiración neopentecostal, ha sido investigado por la justicia Brasileira acerca de su relación con los fundadores de Renacer en Cristo. El astro futbolístico entrega a esta organización 1 millón de euros anuales.
En definiiva, estos son los tipos que quieren establecerse aquí de la mano de Carolina Celico, esposa de Kaka y flamante pastora de la congregación. Desde luego, si lo que buscan es integrismo religioso y permisividad con los delitos económicos, España es un paraíso. Eso sí, recomiendo a cualquier adepto en potencia que vigile bien su cartera. Renacer en Cristo promueve la idea de la prosperidad, esto es, que el fiel a ese culto recibirá ganancias económicas siempre y cuando antes aporte dinero o bienes materiales a la congregación.
Tontos no son, los jodíos.