Llámenlo morbo, masoquismo, sadismo o una prueba más de mi relación enfermiza y perversa por la literatura, pero desde que supe de la publicación de este libro se me ha puesto entre pecho y espalda leerlo.
Y es que tras el shock que supuso “los 100 personajes que hunden España”, aquella obra culto en la que Curra -por educación me cuesta referirme en diminutivo a una persona tan mayor- achacaba los males de nuestra piel de toro a tipos como Horatio Caine o Manolo Escobar, se me hace la boca agua al imaginar la personal interpretación de la autora sobre la guerra civil.
Sin embargo, para esta ocasión, la hábil Curra ha titulado su novela de forma mucho menos explícita, lo impide intuir siquiera las perlas que, sin duda, ocultará “Sola”.
Eso sí, por su sinopsis, deduzco que “Sola” es algo así como la respuesta derechona a “El corazón helado” de Almudena Grandes, quizá el mejor libro que haya leído en el 2007. Sólo por ese motivo aún siento más curiosidad.
Pues bien, tomada la decisión ¿cómo me hago con el libro? Podría pedirles que me ayudaran a pagarlo :) A fin de cuentas me inmolo por todos ustedes, ya que gracias a mi sacrificio conocerán el contenido de la obra sin padecer la tortura de leerlo. Pero me consta que el dinero escasea tanto entre mis lectores como la voluntad de prestarlo, por lo que quizá lo descuide de algún gran almacén. Comprarlo es la última opción.
Ahora estoy aplicado en desprestigiar, por pura y cochina envidia, “El corazón del Ángel” de Carlos Ruiz Zafón. Es la segunda vez que lo leo e intuyo que esta misma semana acabaré de extraer todos sus defectos. En cuanto lo liquide me pongo con Curra.
Espero sobrevivir a la prueba. Y no descarto llevarme una sorpresa. Con un libro, nunca se sabe.