La iniciativa cuenta con el respaldo unánime de los palestinos, que confían que con esta nueva ubicación los colonos hebreos dejen de darles por saco en Gaza y Cisjordania. Los países árabes se muestran asimismo eufóricos e Irán incluso ha propuesto el uso de algunos de sus cohetes con tecnología nuclear para, según dice, facilitarles el transporte.
Sólo los musulmanes más radicales han hecho pública su indignación ante la idea de que uno de sus símbolos más sagrados –la media Luna- sea poblada por infieles.
En cuanto a los judíos ultraortodoxos, un célebre rabino -que por cierto asesora a la empresa que vende las parcelas- ha manifestado que instalarse en la Luna acercará aún más a Dios y a la Jerusalén Celeste, por lo que creyente nada debe temer.
Ante la eventualidad de que la Luna pueda ser recalificada, La NASA prepara un viaje que trasladará a la zona a Eduardo Zaplana, Paco el Pocero y varios familiares de Esperanza Aguirre, con el objetivo de construir urbanizaciones y campos de golf antes de que los jodidos israelíes se hagan con todos los terrenos.
En fin, esperemos que no haya habitantes en el lado oscuro de la Luna, ese que se desconoce. Caso de que existan alguien debería avisarles. Los pobrecillos ni imaginan lo que se les viene encima. En cuatro días me los veo pobres como ratas y emigrando en pateras siderales.