Otros defensores a ultranza de la universidad privada |
Pues bien, contando con que nuestros empresarios están entre
los más pencos, ineptos e ineficaces del mundo y asumiendo que muchos de los
que con su incapacidad nos están llevando a la ruina proceden de tan elitistas
academias, la conclusión parece clara:
O a estos tipos se les olvida todo lo que aprenden en cuanto
abandonan los estudios o este ranking es una verdadera gilipollez, por mucho Financial Times que tenga
detrás.
Y eso que las escuelas de negocios no se duermen en los
laureles. ESADE, en un esfuerzo por adaptarse a los tiempos, forma a chorizos y timadores. Vean si no a Diego
Torres, profesor de tan emérita institución, quien no solo enseñó la teoría a
Urdangarín, sino que junto a él, su mujer y el suegro montó las prácticas. O la
más que explícita IEDE, cuyo propio nombre parece una metáfora de nuestra casta empresarial.
Porque estos tinglados, montados a expensas de minusvalorar y
despreciar a la universidad pública –a la que muchos de estos pijoestudiantes
jamás podrían acceder por méritos académicos- sí que hIEDEn. Y mucho.
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