Lo cierto es que no vivo nada mal aquí y que las cosas que más aborrezco –intransigencia, chauvinismos- más o menos se repiten en todos lados. Además, no lo olviden, uno ya es ciudadano de tres naciones: soy español, catalán, y por línea directa andaluz, ya que mis padres nacieron en esa realidad nacional. Además, mi hija es china y, quieras que no, algo se pega; así que voy “sobrao” de patrias. Por tanto, respondo planteando tres supuestos que me harían huir de cualquier país.
Por trabajo. Si este País no fuera capaz de garantizar un mínimo futuro a mí y a mi familia emigraría sin dudarlo. Con o sin papeles. Todos somos emigrantes en potencia y nadie puede creer que a él no le tocará. Piensen en Argentina.
Nunca secundaría una guerra. Jamás mataría por cuenta de alguien que organice un conflicto en función de sus intereses. No duden de que en caso de una contienda huiría con los míos. No crean que es cobardía, podría matar para defender a la gente que quiero. Pero solo sería capaz de tomar las armas por alguna guerra que creyera justa y eso, amigos míos, hoy día ya no existe.
Por ideas. No podría vivir en un régimen totalitario, fuera de la ideología que fuera. Soy crítico por naturaleza y sé que siempre estaría en contra de los que detentan el poder. Duraría poco. Tampoco soportaría vivir en un país en el que la religión, fuere la que fuere, tuviera una influencia determinante en los usos sociales.
Para acabar, no sé si hoy día podía vivir en un país sin Internet. Les echaría mucho de menos.
(Envio este meme a Grumman, que acaba de aterrizar por esta página, a Ana Rey, porque su excelente blog debería conocerse más y a Manuman porque me da la gana)
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