Algunos de sus representantes han sido las estrellas indiscutibles del congreso iraní sobre el holocausto, al alinearse con islamistas y ultraderechistas en su deseo de acabar con el estado de Israel. Si bien los motivos de dicha aversión al sionismo son religiosos y no políticos – según ellos solo Dios puede crear el estado de Israel.- estos ultraortodoxos no dudan en adherirse a las tesis de aquellos que admiran, añoran, justifican o disculpan a los verdugos de su propio pueblo.
Para profundizar en el tema les recomiendo este artículo, del que destaco:
“El judío -específicamente el judío radical- que simpatiza con los que odian a los judíos, desea anunciar al mundo que él no es realmente como los otros judíos. Mientras los otros judíos están atrapados en su identidad provinciana, étnica o religiosa, él es un ciudadano del mundo, no más identificado con el destino de los judíos como podría estarlo con el destino de los indios iraquíes”.
¿Curioso, verdad? Pues bien, les propongo un juego.
Sustituyan “judío” o “judíos” por “catalán” o “catalanes” y tendrán el ideario, punto por punto, de Ciutadans de Catalunya.