¿Sabían ustedes que Federico Jiménez Losantos quiso ser actor?¿Conocían también que debutó con una obra de Lorca?¿Y que más tarde llegó a tener como compañero de tablas a Pepe Rubianes?Coincidiendo con el estreno de la obra de Pepe Rubianes en Madird “todos somos Lorca” ,
el Siglo de las Luces publica el primer capítulo de su especial biografía sobre Federico Jiménez Losantos.
INFANCIA Y JUVENTUD. EL TEATRO DE LORCA.
Federico JIménez Losantos nació en 1951 en Orihuela del Temendal, provincia de Teruel. Hoy día hay quien dice que huyó pronto del terruño porque su pueblo acogía –y aun acoge- una residencia de vacaciones llamada
Padre Polanco, aunque este extemo es difícil de comprobar.
Sea cierto o no, el caso es que a mitad de los sesenta lo encontramos en Teruel capital, en el
colegio menor San Pablo. Ahí tuvo por profesores a gente de la talla de
Sanchís Sinistierra o
Jose Antonio Labordeta. El primero le permitiría profundizar en su amor por las bambalinas y del segundo no llegó nunca a aprender el arte de insultar con claridad y como Dios manda. Y es que no es lo mismo decir
maricomplejines que soltar un contundente
gilipollas.
Yendo a lo que nos atañe, en 1967
Federico debuta en el teatro escolar... con una obra de Lorca. Si sorprendente es este hecho, más premonitorio resultaría aún el título elegido para la función:
La Zapatera prodigiosa. ¿Su papel?:
el de zapaterito. Crean que no bromeamos. La representación ganaría incluso un premio de la OJE.
FEDERICO EN BARCELONA. CON RUBIANESEl pequeño zapatero – o
Federico Jiménez Losantos, como prefieran- inició sus estudios universitarios en Zaragoza, pero pronto se mudó a Barcelona. Llegó a la Ciudad Condal contagiado de marxismo y ardores revolucionarios, pero con su pasión intacta por el teatro.
Y fue justamente en el teatro universitario donde
llegó a coincidir con Pape Rubianes. Según declaraciones del actor al programa “la contra” de
TD8 en aquel tiempo "
Federico Jiménez Losantos era más rojo que Lenin y Mao juntos”.
El compadreo no fue más allá de algunos ensayos ya que, por lo visto, tenían caracteres contrapuestos.
Rubianes no era muy dogmático en su progresismo, que nunca supeditó a los placeres de la vida, claramente orientados al sexo opuesto.
Federico, por el contrario. resultaba integrista en su comunismo y al parecer era de los que en soledad se mataban a…
…a eso, a estudiar dialéctica marxista.
Para colmo,
Pepe Rubianes sigue siendo actor mientras
Jiménez Losantos, invitado por unos y por otros, tuvo que abandonar las tablas. No se extrañen pues, de la ojeriza que el de la
COPE pueda sentir por el director de
Lorca somos todos.
TECNICAS DE COMBATE EN CHINA
En fin, frustrado en su vocación artística, desazonado por el bajo nivel comunista de su entorno y cabreado por habitar una ciudad donde a la gente le daba por hablar un lenguaje ininteligible a sus oídos turolenses,
Federico decidió marchar a China. No crean que como turista, sino para recibir instrucción de campo como g
uerrillero.
Aquel viaje supuso un trauma y una ruptura, pues cuando regresó empezó a renegar del marxismo. Poco se sabe de aquel periplo pero, atentos a su perfil, podemos barajar algunas hipótesis. Quizá los chinos se pasaron en el entrenamiento y le dejaron secuelas permanentes. Tampoco cabe desechar que las autoridades chinas, al comprobar la clase de personaje que le habían enviado desde España, procedieran a torturarlo sin más. Y el hecho de descubrir que
en China aun se habla mucho menos español que en Cataluña debió ser un duro mazazo para el joven
Federico.
PRIMERA "EVOLUCIÓN" POLÍTICA
Tras su desastroso periplo en China y ya de vuelta en Catalunya –tampoco debía estar tan a disgusto, suponemos-
Federico fue derivando sus querencias políticas: desde
OCE Bandera Roja y el
PSUC hasta el
Partido Socialista de Andalucía, pasando por el
Partido Socialista de Aragón. Alejado del comunismo, las posiciones de Losantos parecían afianzarse entre un socialismo poco marxisma y un regionalismo con tintes nacionalistas. Eso sí, aunque intentó abrirse carrera política en todas estas formaciones no llegó a tener éxito en ninguna de ellas.
Losantos aun estaba lejos de la derecha, pero el arco de posibilidades para su recolocación ideológica se iba reduciendo.
Federico Jiménez Losantos, el que un día fue
Zapatero - en teatro-, el que representó a Lorca, el antiguo colega de
Pepe Rubianes, el
"nambreuan" de la rojería,
había fracasado ya como actor, como revolucionario y como político. Poco más tarde llegaría el controvertido asunto del
tiro en la pierna y su huída a Madrid. Pero tan escabroso tema
merecerá un nuevo artículo.
Hasta entonces