No se que opinarán ustedes pero desde El Siglo de las Luces creemos que se trata de la noticia más importante desde la restauración del tricornio por parte de la Guardia Civil.
A partir de ahora, los sacerdotes serán libres de oficiar su rito preferido de espaldas al público y usando en exclusiva la lengua de Virgilio, a excepción de algunos pasajes que, para mayor comprensión, podrán ser relatados en griego y en hebreo.
Suponemos que esta medida cabrá enmarcarla dentro del afán de modernización de la iglesia católica y como un intento de acercar el mensaje de Cristo a la realidad de los fieles del Siglo XXI.
Dentro de este afán de renovación, el próximo paso podría ser el uso del cinturón de castidad para detener el SIDA o la restauración de la Inquisición para inducir a los fieles a “cantar en latín” sus pecados.
Claro que hay quien dice que Ratzinger solo pretende disponer de una lengua lo suficientemente rara como sólo para poder despacharse a gusto sin que nadie se entere de nada. Ya saben, muletillas como “Islamistae mariconcibus”, "musulmani terríbilus cabronzae” y cosas así.
Bien mirado, si Cañizares, Rouco y los de la COPE hablaran solo en latín, todos saldríamos ganando.