Que nadie se engañe. Ninguna guerra es justa, tan siquiera esta. Entiéndanme, llegados al punto en que están las cosas en Libia, mejor es intervenir que permitir a Gadafi continuar con su sangrienta huída hacia adelante. Eso sí, abogaría por una operación selectiva, esto es, ahorrar munición concentrando los tomahawks y demás pepinos allá donde se esconda este tipo –¿no tenemos satélites capaces de ver cualquier cosa que se mueva?- y atajar el problema por lo sano. Crean que una solución quirúrgica como la que apunto, por bestia que parezca, ahorrraría tiempo, recursos y sobre todo muchas muertes de inocentes. Quizá por ello sé con certeza que no se aplicará.
Y sin embargo reitero que esta guerra, como todas, no es justa. ¿por qué? Pues muy sencillo: porque si Occidente no hubiera permitido el asentamiento y consolidación de su tiranía, si estos países que ahora atacan Libia no hubieran hecho con Gadafi tantos suculentos negocios –desde energía hasta fabricación de armas- a costa de sus petrodólares y si, en definitiva, se le hubiera parado los pies ante el primero de sus múltiples delirios, jamás se habrían perpetuado los atentados en los que participó, ni se habrían abastecido los grupos terroristas a los que financió ni, por supuesto, el pueblo libio estaría dejando la piel y enterrando muertos a diario para librarse de su dictador.
Occidente es cínico y su opinión pública, además, desmemoriada. Y es que muchos de los que ahora aplauden los ataques sobre Libia son los mismos que se echaron las manos a la cabeza cuando Reagan bombardeó Trípoli y Bengasi en 1986. Desde luego, la decisión de aquel actor de segunda metido a presidente fue una machada teñida de sangre totalmente rechazable, pero que se perpetró, recuerden, para castigar al mismo infame dictador que en estos momentos nos ocupa. Den por seguro que Gadafi no era mejor hace 25 años que ahora.
Por lo demás, soy muy pesimista ante esta ola de revoluciones que parece sacudir al mundo árabe, aunque explicar los motivos me exigirá otro artículo. Mientras lo preparo, me despido con dos preguntas abiertas ¿No les extraña que Arabia Saudí parezca inmunizada ante esta ola de reivindicaciones democráticas? ¿Creen normal que Al Qaeda no haya expresado todavía algún tipo de comunicado posicionándose de una forma u otra ante estos movimientos? Lo dicho, piensen en ello.