Apreciada Arantza:
¿Qué me dices, que no usas gomillas? ¡Pues menos mal! Y es que si afirmaras lo contrario estarías reconociendo que ocultas un secreto gordo, gordo… ¡entre las piernas!
Como no creo que tengas tranca, imagino que esas lagunas culturales se deben a tu educación marcada por el Opus Dei. Pues bien, Arantza, que sepas que condón se asocia indisolublemente a pene, ese colgajo también conocido como churra, minga, polla o cipote. El chocho no se recauchuta, Arantxa, es el varón quien se plastifica el nabo –temporalmente, claro- para evitar males mayores a sí mismo y a su pareja.
Por tanto, haces muy bien en no usar preservativos, pero deberías exigirlos a quien otorgues tus favores, salvo que estés absolutamente convencida de su salud. Y es que hay cosillas que se pueden pegar cuando se folla a pelo, cosillas que han infectado y matado a millones y millones de personas.
¿Da miedo, verdad? ¿Y a que es más fácil tirar de la goma que solucionar el problema del SIDA mediante la abstinencia, como dice la Iglesia? Tú deberías saberlo muy bien. A tus treinta y cinco años eres ya feliz mamá de cuatro hijos.
En fin, Arantza, espero haber despejado tus dudas. Si necesitas cualquier otra aclaración ya sabes. Mejor pregunta aquí que en el parlamento vasco. En la cámara igual te responden en Euskera, lo cual es un problema cuando no se conoce el idioma.