Y qué mejor para resarcirse que mostrar sus ubres –algo vacunas, opino- a cambio de un puñado de euros. Un acto que no debería escandalizar a nadie a estas alturas, pero que a buen seguro envenenará la sangre de este cardenal con aspiraciones a Papa.
Y es que el ser humano es muy cruel. Tanto que imagino que este número de Interviú tendrá gran predicamento entre sacristías y seminarios de todo el mundo. Ya saben, por el encanto de lo prohibido o por el morbo de marcarse un homenaje a la salud del jefe.
Bueno, quizá la excepción sea Estados Unidos. A fin de cuentas Magdalena es hembra y mayor de edad, así que ahí...
Entiéndanme, me parece triste que alguien se aproveche de la fama ajena luciendo beldades o miserias por cuatro duros. Es patético. Pero me divierte contemplar que quien se dedica a demonizar a los demás en función del legítimo disfrute de su cuerpo, tan siquiera logre connvencer a su propia familia.
En fin, supongo que a Rouco le va a tocar sufrir cada vez que, tanto aquí como el Vaticano, pase junto a sus colegas y los vea sonreir por lo bajinis. Sin contar su mortificacón cada vez que se pregunte si el Papa ya ha visto las jodidas fotos.
Y es que, como se evidencia en las sagradas escrituras, cada vez que una Magdalena se cruza en los caminos de la fe, el escándalo para la iglesia está garantizado
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