Largo me lo fías, Maripuchi. Desde hace tiempo la calle Génova parece un laboratorio de ideas necias donde sus moradores pugnan por ver quien suelta la tontería más gorda. Así que, tras un duro casting, mi candidato es (¡tachán…!): Manuel Pizarro.
La última de este señor, cuyo enorme agradecimiento al PP le ha hecho abrazar la política con la fe del converso -2.000 de gracias contantes y sonantes- es decir que la inmigración irregular amenaza nuestro estado del bienestar.
Sorprende la generosidad de Pizarro al preocuparse por el bienestar de los demás, estando el suyo tan bien asegurado. Y no le falta razón al decir que si nuestros trabajadores no cotizan –inmigrantes o no- el sistema público se vería afectado.
El problema es que, dicho así, parecería que los propios inmigrantes desean trabajar en negro, que les encanta no tener contrato y que renuncian con gusto a los derechos laborales para no cotizar. Hecho que demostraría la maldad intrínseca del extranjero pobre –cuanto más pobre más malvado- y sus sucios manejos por hundir España.
Señor Pizarro, si hay trabajadores en tales condiciones es porque miles de empresarios los contratan sin mirar más que a su beneficio –muchísimos de su órbita política- y que pueden hacerlo porque manejan con total impunidad miles de millones en dinero B.
Desde luego, este problema no es exclusivo del PP, pero sorprende que quienes más se aprovechan de esta situación sean los que más jalean el fantasma de la inmigración.
Si tras sus apocalípticas declaraciones el señor Pizarro hubiera añadido que su prioridad como ministro de economía sería acabar con las prácticas fraudulentas de los empresarios, les aseguro que no hubiera protagonizado este meme. Pero estoy convencido que no será así. Estafar al fisco y ganar dinero fácil a costa de los más débiles forma parte de esas costumbres tan españolas que jalea Rajoy.
Quien quiera tomar el testigo de este meme tiene todos mis parabienes.
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