RECUERDEN: LA IGLESIA CATÓLICA NO PROHIBE LA PENA DE MUERTE
Lo repetiré cuantas veces sea preciso. Y es que esta afrimación no es gratuita, ni está basada en la historia, o en la actuación pasada o presente de sus miembros. La aceptación de la pena de muerte es, a día de hoy, Dogma de Fe para todo católico, según consta en el actual catecismo, cuya última revisión en 1997 fue obra de Juan Pablo II. En concreto dice:
"La enseñanza tradicional de la Iglesia no excluye, supuesta la plena comprobación de la identidad y de la responsabilidad del culpable, el recurso a la pena de muerte, si ésta fuera el único camino posible para defender eficazmente del agresor injusto las vidas humanas.
Catecismo, nº 2267
Así que mientras una mujer violada entra en pecado al abortar, aquel que ejecuta a sus reos o a sus opositores -Qué entenderían los muy católicos Franco o Pinochet por “agresor injusto”?- puede hacerlo con la aquiescencia de la Santa Sede.
Es curioso que estas manifestaciones de Renato Martino, Cardenal y presidente del Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz del Vaticano, se produzcan apenas unos días después de la entrevista de Bush con Joseph Ratzinger. Y es que al presidente norteamericano, que es de los que mata y mata de verdad, no le viene nada mal una campaña en contra de ese gran grano en su culo llamado Amnistía Internacional.
Recuerden que, amén de defender supuestos de aborto muy concretos, Amnistia Internacional se dedica sobre todo a denunciar violaciones de los derechos humanos. Y eso sí que duele. A Bush, al Vaticano y a muchos de sus amigos.
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