Que le trabajo esclaviza lo sabemos todos. Que el propósito de nuestros empleadores es chuparnos la sangre solo lo niegan cuatro pelotas y algunos liberales. Pero que la empresa nos liposuccione las grasas mientras desarrollamos nuestra actividad deja obsoleta la lucha de clases para acercarnos a un entorno tipo ”Matrix”.
Teniendo en cuenta que Gas Natural se dedica al tema de la energía:
¿Extrerán los lípidos de sus empleados de forma consciente, para reciclarlos en cualquier tipo de gas o combustible? ¿Estaremos calentando nuestros hogares gracias a la contribución indirecta de las piernas de Mari Puri, la maziza secretaria de administración? ¿Servirán las magras del contable, o la panza del jefe de personal para cocinar nuestros alimentos?
Amén del morbo, este tema me preocupa de forma especial ya que hace solo dos semanas estuve en ese edificio. Y lo peor, dentro de unos días vuelvo. Como parece ser que las grasas se pierden a partir de las sillas, quizá sea buena idea permanecer de pie… o descansar mi barriga sobre el cojín del asiento mientras dure la reunión. Mi interlocutor alucinará pero igual consigo un “lifting” gratuito.
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