Curioso. Ayer mismo a Mariano Rajoy se le llenaba la boca de pelos –y no los de su barba, precisamente- cuando era preguntado por el tema, asegurando entre coño y coño que él no estaba para hablar de Felipe V o los Suevos. Pues bien, el líder popular parece haber recobrado la memoria de golpe y no solo recita ya de memoria la lista de los reyes godos sino que admite el viaje a la Cuba no castrista.
Al frente de esta operación se encontraría Ángel Acebes, el entonces Ministro de Interior. Aunque hay quien dice que los integrantes del “comando Guantánamo” eran gente de su máxima confianza, no hay constancia de que Curtis, Povedilla, Mariano, o el resto de “los hombres de Paco” fueran los desplazados a Cuba. Aunque no se descarta, claro.
Ironías aparte, esta noticia esconde varias inmoralidades.
Desde 2002, al menos, el gobierno del PP tenía constancia del peligro del terrorismo musulmán en nuestro país. Tanta que no dudaron en aprovechar el limbo jurídico de Guantánamo para seguir su pista. No seré tan hipócrita de acusarlos de no saber impedir la masacre del 11-M –cuando alguien quiere matar siempre encuentra forma de hacerlo- pero sí de las mentiras que desde entonces y hasta hoy siguen vertiendo.
Al parecer, por Guantánamo ha pasado todo el que ha querido. El tío Bush ha franqueado la puerta a cualquier servicio secreto interesado por los allá retenidos: españoles, alemanes, italianos, franceses, israelíes… todos han tenido sus cinco minutos de gloria con el islamista. A solas o junto a un equipo de torturadores profesionales.
Y luego les queremos imponer nuestros derechos humanos.
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