El Siglo de las Luces por dentro (II) Estadísticas.

Aprovechando que hoy se cumple un añito desde que esta página se asomó a la blogosfera, les invito a que hurguen un poco más en nuestra trastienda. ¿Hablamos de números?

Solo dispongo de datos fiables a partir del 12 de Julio de 2006. Desde esa fecha encontramos:
Visitantes únicos: 9.737
Páginas visitadas: 28.782.
Cada mes ha ido subiendo la audiencia. Para este Enero espero acabar con 3.000 visitantes únicos (de los que una tercera parte son recurrentes y el resto accede por primera vez) y 6.500 páginas. Ayer, por ejemplo, tuve 81 visitantes (33 habituales, y 48 nuevos) y serví 327 paginitas. Fue un día más bien flojo.

Origen de las visitas.
Más de la mitad de las visitas acceden a través Google. Su motor nos trata muy bien ¿Qué buscan?. De todo. Describir las palabras claves merecería godo un artículo, pues hay joyas memorables. Como muestra un botón. Prueben a buscar: me cago en san peo bendito

Distribución geográfica.
Si tuviera orgullo catalán éste se resentiría al comprobar que las visitas de Madrid casi triplican a las de Barcelona, ciudad esta que siempre compite por el segundo puesto con Ciudad de México. Pero como soy inmune a ese tipo de orgullos, estoy encantado. Por comunidades autónomas sí gana Catalunya –por muy poco- sobre Madrid y  en cuanto a países, de nuevo México se sitúa en segundo lugar.

Comentarios.
Aquí pincho, amigos. Conozco páginas con mucha menos audiencia que El Siglo de las Luces que lucen una cantidad muy superior de comentarios. ¿Motivos? Quizá asusto, o sentencio demasiado –algunos artículos parecen editoriales- o el público percibe esta página más como una web que como un blog. No lo se. Que sepan todos ustedes que me encanta recibir sus apuntes, críticas o loas y que aquí a nadie se trata mal. Los que prueban, de por general, repiten.

El público.
En este apartado no hay discusión. Dispongo de los visitantes más chulos, guapos, inteligentes, limpios y divertidos de toda la blogosfera. Gracias a todos y a por el próximo año.
[tags]el siglo de las luces, estadísticas,aniversario[/tags]

Un hombre de verdad II (Última hora)

Un artista dibuja caricaturas usando su miembro viril como pincel.



¡Se acabaron los problemas para Imma, la protagonista de nuestro artículo anterior! Y es que un tipo que pinta cuadros con la polla no debería tener ningún problema para colgarlos en la pared ¿No les parece?

Tan impagable noticia la he encontrado en “Jaula de grillos” de Germán Temprano, cuyo libro espero hayan leído ya. Reconozco que a mí me ha encantado.
[tags]arte[/tags]

Un hombre de verdad

Ayer, al escribir que podíamos encontrar actitudes xenófobas en personas de cualquier ideología, pensé que este hecho era aún más evidente cuando hablamos de sexismo. Acabo de recibir este texto por gentileza de “el grano”. Lean y juzguen. El debate está abierto.

“Hola, me llamo Imma y quiero un hombre de verdad. A mis 32 años ya me he cansado de esperar al príncipe azul y, una vez asumido eso, me doy cuenta de que los hombres de verdad ya no existen. Ahora, el hombre del siglo XXI es como nosotras, las mujeres, igualitos pero con pene.
De hecho, son peores. ¡Usan nuestras cremas, se depilan, tienen más ropa en el armario, van al club cuatro horas al día y son sensibles! Yo no quiero un hombre sensible, quiero un hombre que me abra la puerta del coche, me defienda si entra un ladrón en mi casa, sepa conducir y no llore viendo Los puentes de Madison. ¿Pero cómo encontrar a ese hombre?
Yo ya no distingo a los metrosexuales de los homosexuales o los heterosexuales. Antes era más fácil. Un hombre llevaba un pendiente y estaba claro, era gay. Ahora tienes que hacerle un test para descubrir de qué palo va. El último hombre con el que he ligado pasa más horas en la peluquería que yo, se pinta las uñas, se gasta un pastón en ropa de marca y es un narcisista de narices.
Pero lo peor viene a la hora de cenar. No se limita a limpiar los platos o recoger la mesa como haría cualquier hombre normal. No. Cada día, entra en mi cocina, lo ordena todo a su manera y decide por mí qué es lo que tengo que comer. Y no estoy hablando de unos
macarrones y un bistec a la plancha. ¡Qué va! Cocina cosas raras que no sabía ni que existían, como el tofu.
Pero el otro día pasó algo con lo que una no puede luchar. Le pedí que me ayudara a colgar un cuadro y resulta ¡que no sabía hacerlo! En aquel momento me di cuenta de que aquella relación no iba a llegar a ningún lado.
¿Pero que está pasando? Si un hombre ya no puede colgar un cuadro o cambiar una rueda del coche, ¿de qué narices te sirve? Para eso me voy a vivir con una amiga. Porque no nos engañemos, desde que existen esas cosas que vibran, ¿para qué necesitamos a un hombre si no puede ni montarte una mesa del Ikea? Es desesperante. Cuánto daño ha hecho David Beckam al mundo masculino en general. Yo sólo quiero un hombre de verdad, que vea el fútbol a la hora de cenar y me deje en paz.”

Inma Sust en “Metro” 5 de Diciembre de 2006 -edición nacional-.
(Los resaltados en negrita son míos)

De los Latin Kings a la Kale Borroka

Bandas juveniles han causado graves altercados en la Comunidad de Madrid y el País Vasco. Aunque la naturaleza de los disturbios fue muy distinta, ambos casos retratan a muchachos que usan de la violencia como medio para alcanzar sus propios fines.

¿Recuerdan la canción de los Doors? A los chicos les gusta pasarse los sábados por la noche. Son cosas de la edad, supongo. Unos disfrutan lanzando cócteles molotov y otros galleando a puños o navajazos. A partir de ahí empiezan las diferencias.

¿Y es que alguien se imagina una campaña de SMS o e-mails en  la que se cite al personal para que ahostie al primer vasco que se les ponga por delante? Claro que no. Y sin embargo, es lo que está sucediendo en Alcorcón.

Podríamos pensar que los euskaldunes se libran de esta euforia xenófoba porque, al menos nosotros –que no ellos, por supuesto-  los consideramos paisanos. Mentira y gorda. También con el extranjero hay distinciones.

Toni King fue declarado culpable de uno de los crímenes más perversos de nuestra historia reciente, el de Rocío Wanninkhof. Ello no ha significado ningún conato de violencia contra la nutrida comunidad británica que puebla nuestras costas. Por suerte.

Sin embargo, basta que un autóctono, -por mangante que sea- tenga un reyerta con un socías árabe, latino, negro o de etnia gitana –que quizá sea tan chorizo como el agredido- para que prenda la una sed de venganza que traspasa a los autores de los hechos para abarcar a todo un colectivo.

Y que nadie crea que un hecho así solo exalta los ánimos de ultras o neonazis. Por desgracia, sentimientos y actitudes racistas anidan en corazones de cualquier condición social y la más variada ideología. Incluida la izquierda más social.

Xenofobia pura, amigos míos, parapetada tras la excusa de un incidente propio de la delincuencia común.

Duendes again

Como si de una maldición se tratara, cada vez que el Siglo celebra algún acontecimiento especial, la plantilla se "escogorcia" para fastidiarme el evento.

Mientras trato de reparar el entuerto, la página puede mostrarse bajo diferentes apariencias.

El Siglo de las Luces por dentro (I). Reglas para escribir un artículo

Aunque al leer mis artículos muchos piensen en la Teoría del Caos, lo cierto es que las entradas se rigen por unas reglas bastante estrictas. Permitan que se las presente.

Estructura del artículo
La estructura es clásica: titular, lead (entradilla) y cuerpo de texto. Siempre escribo en Word, Times 12. Una vez corregido se exporta a txt y de ahí al editor.

Extensión
La extensión ideal de un artículo es de 15 a 20 líneas. En todo caso, nunca debe pasar de 25 –media página-. Si se alarga, recorto hasta llegar al número mágico. Este proceso suele ocupar más tiempo que el de la propia escritura. Cuando, pese a todo, no puedo ceñirme a esta regla, prescindo de la foto para no alargar el resultado en pantalla.

Imágenes.
Casi siempre las busco en Google imágenes. Desde hace tiempo no las escalo en el editor sino que ajusto tamaño y peso con Photoshop. Así evito disgustos. Echo de menos algún buen Plugin para colocar pies de foto.

Fotomontajes.
En ocasiones una imagen vale más que mil palabras. Además, son fáciles de copiar y distribuir. No busco la perfección en photoshop sino bosquejar de forma rápida una idea. Por eso el grado de sofisticación es bastante primitivo. El que más vueltas ha dado y que mucha gente –para bien o para mal- ha hecho suyo es el de Pepe Montilla.

Vídeos
Me encantaría hacer más y sé manejarme con estos programas pero… ¡Me falta tiempo!

Sobre el método para elegir la temática… ¡buff!, quizá lo explique en otro artículo dentro de este especial primer aniversario. En el próximo, aviso, abriré el sanctasanctorum de mis estadísticas.

Ana María Ríos y Pedro Sanz: la extraña pareja

Comentarios (recuperados)

1 J.Úbeda says:

Enero 19th, 2007 at 8:54 pm
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¿Hay que elegir? Porque lo pones a huevo…

2 Bernardo says:

Enero 19th, 2007 at 11:44 pm
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Más bien a “teta”

3 Anónimo says:

Enero 21st, 2007 at 11:09 pm
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Es un comentario típicamente sexista-facilón…la idea era buena, pero le ha sobrado eso.

4 Bernardo says:

Enero 22nd, 2007 at 12:01 am
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Por alusiones:
Sexista. Hombre… Uno intenta ser correcto y paritario pero hay que entender el tono general. En todo caso, la querida Ana María Ríos es quien no ha tenido ningún problema que se le relacione con este tipo de comentarios.
En cuanto a lo de facilón… lo he dicho en multitud de ocasiones, uno es bastante primario. Saludos