El nuevo retoño de los príncipes de Asturias heredará el nombre de su abuela, la reina de España. Aunque el bebé todavía no lo sabe, Sofía es mujer y además tiene una hermanita mayor, lo que en la práctica la alejará del trono. Pero ¿Podrá tener Sofía una vida real?Sin duda que sí.
Tendrá una vida tan Real como real es la propia Realeza. Vivirá entre oropeles, sacará magníficas notas en los estudios, presidirá mesas petitorias, se casará con un acaudalado pretendiente próximo a algún
Real y dará al mundo niñas y niños algo menos
Reales que ella, pero más
reales que los demás. Y es que Sofía aceptará sin rechistar que ella es
Real, pese a ser mujer y segundona, y que mi niña, o los hijos de ustedes, no lo son ni lo serán jamás, sea por Gracia Divina o, lo que es lo mismo, por Justicia
Real.
Claro que
quizá algún día nuestros hijos devuelvan a la Real Sofía y a sus reales hermanitos a la verdadera, a la única vida real. A la
realidad de los que cada día trabajamos para salir adelante, sin otro privilegio que nuestro propio esfuerzo. A la
realidad del fin de mes –fines de mes
reales, y no los de Espe o los de Rajoy- y a nuestros
reales desvelos por ser cada día más felices. Descubrirá entonces que el acceso al
Real trono no está condicionado por ser hombre, mujer, benjamín o primogénito. Tan siquiera por ser más
real o menos, más listo o más tonto, más guapo o más feo, ni por dar un buen braguetazo. No, solo se necesita ser el más respaldado por los súbditos del
Reino.
Bienvenida al mundo, Sofía, y felicidades a tus papás. Te deseo de todo corazón que, en el camino que ahora empiezas, llegues a conocer lo que es
la vida real.
Aunque sé que aterra a tus parientes te aseguro que no es tan mala. Es más, vale mucho la pena.
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