Cebrián cobró en 2.011 13 millones de euros.
Para entender la magnitud de estas cifras basta hacer algunas comparativas: El
salario del presidente de El País es unas 20.250 veces el salario mínimo interprofesional. Para cobrar lo mismo que Cebrián ha
obtenido en un año, el presidente del gobierno español debería trabajar 166
años. O visto de otra forma, Cebrián cobra por ejercicio lo mismo que 13.000 mileuristas
juntos. Unos emolumentos
vergonzosos, por los que deberían responder legalmente tanto el beneficiario
como los los consejeros que lo aprobaron. No creo que sea tan difícil enjuiciarlo.
Parece evidente que extraer esas cantidades de un grupo que apenas logra pagar los
intereses de la inmensa deuda que ha acumulado e ingresarlas como
salario es un robo, un saqueo puro y duro.
Pero es que en el caso de Juan Luis Cebrián esta
conducta es todavía más vergonzante por un motivo principal:
Cebrián no preside un banco sino un medio de
comunicación con una linea editorial concreta, en su caso enmarcada en el
centro - izquierda. Desde este soporte, al cual cientos de miles de personas
dan credibilidad, se ha criticado hasta la saciedad la reforma laboral, los
ERES salvajes y sobre todo sueldos exagerados de empresas en crisis. Al
comprobar que la linea editorial de El Pais es exactamente la contraria a los
valores que como empresa aplica, este periódico, como forjador de opinión
pública, está haciendo un daño irreparable a los valores de izquierda.
Por último, aunque ninguna persona en este
mundo debería cobrar 13 millones de euros al año no olviden que, además, la
carrera de Cebrián como ejecutivo ha sido desastrosa, evidenciando una
increible capacidad para hundir cualquier negocio rentable que ha pasado por
sus manos, lo que hace más difícil entender aún que se le premie de sea forma.
Cebrián ha dicho a sus empleados que “no
podemos seguir viviendo tan bien”. Y se ha quejado de que la media de edad de éstos sea de 53 años, cuando él, con 68, aun se considera útil para asumir sus funciones y cobrar lo que cobra. Por desgracia, la única posibilidad de que
Cebrián viva peor es que pague en la cárcel por este expolio. Algo
prácticamente imposible por ser quien es, porque este país también es como es y porque hay mucho tonto útil que, aun sin beneficiarse de ello, considera que estas conductas escandalosas no son tales, sino que se enmarcan dentro de la sacrosanta libertad de empresa. Aunque ésta se use para saquear.