Aunque suelo informar sobre el periodo vacacional de esta bitácora, una fatal avería en mi PC días antes de marchar me ha impedido hacerlo este año. Una ocasión única para, una vez de vuelta a casa, romper con todo prejuicio y dar rienda suelta a un oculto deseo que tenía reprimido desde hace años: ¡Señor@s, amig@s, me he comprado un Mac!
Y aquí me tienen, más contento que Camps frente a una sastrería, ante la gigantesca pantalla desde la que les escribo. Lo cierto es que, fuera de este blog y de algunos escarceos por Internet, me encanta editar foto y vídeo, y aquí los chicos de la manzana marcan la diferencia, o eso dicen. Así lo espero, ya que los cuelgues asesinos de mi anterior portátil en plena faena creativa me hacían maldecir el día que se inventó el primer bit.
Por lo demás, acabo de regresar de Venecia, donde he pasado doce días maravillosos. Un viaje que pone fin a la trilogía italiana de los últimos años y de cuyas impresiones pienso informarles en un próximo artículo. Entretanto, reciban un afectuoso saludo.
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Yo he pasado por Venecia este verano, y francamente, doce días me parecen excesivos. Cuente, y justifíquese.
ResponderEliminarHola, Gracchus
ResponderEliminar¡Qué raro que no nos hayamos tropezado en Venecia!
Seguro que si hubiera visto su gorro lo hubiera reconocido entre los mil millones de turistas que poblaban la isla.
Verá, con el tiempo he acabado planteando viajes en los que visito pocos sitios, pero con tiempo suficiente como para conocerlos sin perder la tranquilidad que exijo a las vacaciones.
De hecho, no estaba alojado en Venecia sino en Cavallino Treporti, a pie de playa, con lo que combinaba las visitas a la ciudad -conectada vía vaporetto- con los chapuzones y amplias rascadas de...
Mi niña lo agradece y mi mujer y yo, ni le cuento.
Por lo demás, no nos hemos limitado a la ciudad de los canales sino que hemos visitado diferentes zonas del Véneto.
Aun así, debo reconocer que soy un perdido enamorado de Venecia. Para mi es, sin duda, la ciudad más bonita del mundo. Y conozco varias.
Mis reflexiones, que espero aportar enseguida, tienen más que ver con la deriva que observo en Italia y que se manifiesta de forma particular en el cada vez más ultraderechista norte.
Saludos
Me gusta cuando sales del armario... y también me gusta cuando bala la ovejita beeeeeeeehhhhhhhh
ResponderEliminarUn abrazo, Bernardo. Seguimos en contacto.
ResponderEliminar"Me gusta cuando sales del armario..."
ResponderEliminarHmm... hay poesía en tu frase, Maripuchi. Podría ser la primera estrofa de una canción.
Si la saco te la dedicaré.
Saludos, camarada Sierra
Bienvenido Bernardo, ya veo que has disfrutado de las vacaciones, espero que nos cuentes todas las aventura y nos enseñes las fotos que deben ser preciosas.Petons.
ResponderEliminarHola Bernardo, me produces mucha envidia con estas vacaciones, confieso mi culpa, ¡no conozco Venecia!.
ResponderEliminarPor lo demás, pronto hará 2 años que cometí traición "ventanera" y compré un mac mini con el que manejo música y fotos. No sólo no me arrepiento sino que ahora tengo la fe del converso y suspiro por un macbook, blanco delgadito y que funcione.
Saludos y feliz inicio de curso.
Hola, Geni ¿qué clase de vacaciones son esas que dices que haces en tu blog? Vacaciones significa largarse y olvidarse de la blogosfera por un tiempo razonable. Aun así, encantado de que te pases por aquí :)
ResponderEliminarHola, Ramón. ¿Así que tu también has caído en las garras de Cupertino? Por cierto, ando en busca de alguna copia de photoshop decente y con garantías... para evaluarla durante un tiempo limitado, claro está, más que nada para decidir si me gasto los 1000 euros que cuesta la versión comercial. Si alguien puede ayudarme, ya sabe.