Desde luego que no debe ser sencillo, piensas al leer este texto en un folleto de Transports Municipals de Barcelona… ¡Sobre todo cuando reparas en la imagen que ilustra el prospecto y que ruego amplíen haciendo clic sobre ella!
¿Se sentirían ustedes seguros sabiendo que un tipo así conduce el autobús en el que viajan, haya o no turistas japoneses, pelmas con 50 € o muchachos insolidarios?
¡Pero si este pobre hombre no puede ni con su alma! Obsérvenlo, tiene un ojo más abierto que el otro, una chepa poco disimulada, la boca desdentada y más años que Matusalén. El parkinson no se aprecia pero se intuye, al igual que la sordera.
¿Y estos son los profesionales que proponen para manejar atiborrados vehículos de 15 metros por la jungla de la ciudad? No me extrañan que pidan a los usuarios que faciliten la tarea del conductor del bus. Al de la foto hasta para ir a mear habrá que acompañarlo.
Señores de TMB. Jubilen por mera humanidad a éstos chóferes, que ya lo merecerán –el de la foto, que a buen seguro se inició en el oficio conduciendo diligencias, debe tener casi 100 años- y contraten personal nuevo antes de que ocurra cualquier desgracia.
Luego querrán que no cojamos el coche.