Domingo, 26 de febrero de 2006. En algún enclave secreto entre Marbella y Arabia Saudí.
Bin Laden, líder de Al Quaeda.
- Hola, Mohamed. Supongo que con esta escalada de terror abriremos las portadas de todos los medios de Occidente.
Mohameh Lachurrah, secretario de comunicación de Al Quaeda.
- En la mayoría de los países sí, quedrido Bin.
- ¿En la mayoría? ¿Quien nos falla?
- España, como siempre.
- Coño, y qué clase de extraordinaria noticia ha desplazado la ola de asesinatos de Irak?
- Pues... que está nevando en Burgos, Bin
- ¡Joder! Pero si ahí hace un frío del carajo en invierno ¿Que tiene eso de novedad?
- Ni puta idea, pero es lo que hay
- Pecamos de blandos, Mohamed. Hay que dar más caña, que se enteren del verdadero significado de nuestra Yihad.
- Sin duda. Me encargo de todo.
Martes, 28 de febrero de 2006. En el mismo lugar.
Bin Laden.
- Cuatro atentados suicidas, más de 60 muertos ... muy bien Mohamed. Supongo que ahora a los noticiarios de esos infieles españoles no les quedará más remedio que
Mohameh Lachurrah
- Pues... me temo que no, Bin
- ¿Por los pelos de la barba de Mahoma! ¿Y qué noticia nos ha robado de nuevo el protagonismo?
- Esta vez parece serio. Ha dimitido el presidente...
- ¿Del Gobierno?
... No. Del Real Madrid
(Fin de la transcripción)
No hay asesinato más inútil que aquel que no interesa a nadie.
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