martes, 1 de julio de 2008

La ablación

La única vez que he pisado un quirófano entré para que me arreglaran una hernia en el ombligo y casi me cortan polla, en una orgía de sangre que hubiera repugnado al más firme seguidor del cine gore. Con tales antecedentes, entenderán mi estupor cuando, hará cosa de un mes, el médico me recomendó que me hiciera una ablación.

Y es que, en la confusión inicial, no podía entender en qué puede beneficiar a mis arritmias cardíacas que me rebanen los cojones, ya que de clítoris no gasto. Pues bien, sepan que el término "ablación" es mucho más amplio y abarca una parte de la ciencia médica; Claro que lo que me dijo el doctor, traducido para ustedes en un lenguaje llano y alejado de la jerga médica- tampoco daba pie para la tranquilidad.
“La cosa es fácil: se le mete a usted un tubo por la femoral, se le sube hasta el corazón y una vez ahí identificamos y quemamos las células”

Lo peor del caso es que la decisión de intervenirme es exclusivamente mía ya que este remedio no garantiza la curación al 100% -es efectivo al 70%- y además existe tratamiento alternativo a base de tomar, eso sí, pastillas toda la vida y con una efectividad muy inferior.

Huelga decir que a partir de ese momento, tal dilema –operarme o no- me ha obsesionado

Por una parte, mis arritmias son del tipo “benigno”, pueden estar años sin manifestarse –aunque también son capaces de desatarse dos veces en un mes- y, cuando emergen –el corazón deja de tener un ritmo regular y late desacompasado- siempre me las han controlado sin problemas. Ni he precisado medicación ni este problema me ha supuesto un impedimento físico.

Por otra, los fármacos pueden tener efectos secundarios a medio plazo. Y a medio plazo también las arritmias pueden predisponer a problemas mucho más graves. (Piensen que “a medio plazo” es un término horrible en su indefinición y que, para una persona que el próximo viernes cumplirá 47 años, dibuja un futuro cada vez más cercano)
Así que he decidido que me intervengan.

La cosa será en septiembre, a vuelta de vacaciones. y la afronto con garantías. Mi equipo médico tiene fama mundial y aseguran que, en el peor de los casos, me quedaría igual que estoy. Por lo demás, no es una operación a corazón abierto ni nada por el estilo. Tan siquiera me dormirán y en uno o dos días volveré a estar en casa.

Ya les informaré. Entretanto, espero recuperar el ritmo habitual de este blog ya que este último mes, cuando no he estado comiéndome la cabeza, he preferido divertirme con mi gente a perder horas ante la pantalla de un ordenador.

Craso error, ya que ustedes son también mi gente.

11 comentarios:

  1. Mi prima tenía arritmias benignas y le hicieron exactamente lo que describes también con un cateterismo. De ésto hace siete u ocho años ... hasta hoy.
    Como sabes estoy afectada por este tema. Te irá bien. Lo mejor... por lo menos, otros 47 dando guerra... y lo que se tercie...

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  2. Oiga... No tiene usted derecho a preocuparnos en las vacaciones ni a darnos estos sustos. Yo le recomendaría que haga lo que haga no venga pá madriz.. últimamente ni material quirúrgico para coser heridas tienen los hospitalitos. Se lo juro por lo más sagrado que es verídico lo que le cuento.

    Y bueno.. ale, venga.. ánimo, piense que peor será operarse de almorranas y ya está: a seguir jodiendo...

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  3. D. Bernardo ya nos contará usted. Ahora tocan vacaciones y después ya llegará.

    Salud y República

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  4. D. Bernardo ya nos contará usted. Ahora tocan vacaciones y después ya llegará.

    Salud y República

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  5. Coññe, D. RGAlmazán tiene eco, eco, eco...

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  6. Gracias a todos y sin dramatismos. A malas me tocaría empastillarme y mi cuerpo ya ha sobrevivido a drogas peores :)

    Maripuchi, no sabes la de veces que me he acordado de tí en este proceso. Lo he comentado en varias ocasiones con mi mujer. Lo mío es una gilipollez que además tengo la fortuna de sobrellevar yo. En tu caso, aunque estoy convencido de lo bien que va e irá todo, no puedo sino admirarte. Un besazo para tí y los tuyos.

    Javier, aquí el tema de la sanidad no es tan dramático. Para este caso, he tirado tanto de la privada como de la pública. Las conclusíones de la comparativa darán para un post. Te aseguro que son sorprendentes y romperán algunos clichés.

    Y sí, Rafa, ahora tocan vacaciones, aunque aun tardaré en tomármelas. Me esperan Roma y Nápoles a finales de Agosto. Así que "El Siglo..." va a dar caña durante casi todo el verano.

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  7. Cuando le toquen la femoral, vigilese la polla, que estos médicos tienen mucho peligro.

    Un abrazo, y que pase pronto y bien.

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  8. Pues no se ría, Sr Babeuf, que la otra vez fue así la cosa:

    Tras operarme con éxito y puesto que estaba sedado de cintura para abajo -me habían puesto la epidural- decidieron colocarme una sonda para que orinara. Pues bien, la matarife que lo hizo me desgarró entero con con un tubo que, como más tarde reconocerían todos, era de un diámetro muy superior al habitual. El problema es que con la anastesia no noté absolutamente nada, pero en cuanto empezaron a pasar los efectos... mucha sangre -tuvieron que limpiar tres veces la habitación: suelo, sábanas, paredes...- un dolor monstruoso y... prefiero no seguir.

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  9. animo,amigo,que todo va a salir de maravilla
    salud

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  10. Animo Bernardo, estamos a solo tres años de los municipales y el partido de Madrid te espera.

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  11. Ánimo, Bernardo, que "mala hierba" nunca muere... ;)
    Un cálido abrazo.

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