Pintan bastos para la formación de Albert Rivera. Y es que tan magros resultados electorales no le ayudarán a vender su proyecto a Fernando Savater y a Rosa Díez, los únicos que, a día de hoy, podrían ofrecer una salida digna a un partido que hace aguas por todas partes.
Las últimas semanas han sido una constante crisis para Ciudadanos: abandonos, expulsiones, amenazas de dimisión y manifiestos de unas bases enfrentadas con la cúpula. En el epicentro, una lucha sin cuartel entre dos visiones del antinacionalismo: La representada por Albert Rivera, un barullo tan contradictorio como difícil de definir, y la defendida por Antonio Robles, aliado sin fisuras con el nacionalismo español más anticatalanista.
¿Qué ha llevado a esta debacle?
Más allá de que el propio electorado les ha visto el plumero, bajo mi punto de vista, el principal motivo radica en el convencimiento actual de quienes apostaron por apoyar y financiar el nuevo partido –y que por supuesto no militan en él- de que, a diferencia de lo que proyectaron, Ciutadans no resta votos al PSOE sino al PP. Un cainismo inaceptable para quienes ya preparan el asalto a la Moncloa. Por tanto, la solución ha sido draconiana: Cerrar el grifo. El económico y el mediático.
Turbio futuro, pues, para una formación que tras emprender su andadura intentando hacernos creer que buscaba un espacio propio, cuando por fin lo ha encontrado -de forma involuntaria y por deserción de las partes- se está dando cuenta de que ese viaje no le lleva a ninguna parte.
Y a todo esto, los padres intelectuales del proyecto, los Boadella, Espada o de Carreras, calladitos y mirando hacia otro lado.
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Setas de otoño. En cuanto empiece a hacer frio se pudren. Como tantos partidos que se montan siendo aventuras sin sentido.
ResponderEliminarDe momento Fernández Diaz ya ha salido pidiendo que dejen de erosionar al PP. Afortunadamente, en ocasiones la justicia divina hace su aparición superficialmente aunque sea en forma de respuesta en las urnas, castigando sin piedad actuaciones deleznables desde un origen extravagante. Un movimiento que basa su principal estrategia en ir en contra de algo no puede ni siquiera tomarse en serio.
ResponderEliminarEl problema es que estos tipos ha hecho el trabajo sucio no en su demarcación natural -en Catalunya nadie se se toma en serio las tonterías que dicen- sino, sobre todo, en el resto del país, donde hay mucha gente dispuesta a creerse que aquí vivimos en una especie de estado de excepción.
ResponderEliminarMe adhiero Bernardo, los que tanto dicen que bla, bla, bla son Espana, que Espana es una y tal, luego se dedican a marcianizar su vision de estos de quien tanto hablan.
ResponderEliminarSe veía venir el batacazo.
ResponderEliminarAhora el peligro nos viene desde Plataforma por Cataluña. Estos, al menos, no son ambiguos. Se trata de extrema derecha pura y dura y han conseguido 4 concejales en Vic y otros tantos en el Vendrell (más otros 9 en diferentes consistorios) a base de xenofobia.
ResponderEliminarEstos tipos pueden ser muy peligrosos pues han escogido muy bien donde presentarse: localidades de tamaño medio con una fuerte masa inmigrante.