La nueva clase obrera.

PSOE e Izquierda Unida desean que los inmigrantes legales puedan votar el las municipales.

Históricamente los partidos de izquierda han nutrido sus bancos de votos en dos estratos sociales diferentes.

-La Izquierda intelectual, culta y alejada del modelo de stablishment que promueve la derecha. Su universo está poblado de universitarios, profesionales liberales y personas vinculadas de una u otra forma al mundo de la cultura.
- La izquierda obrera y campesina, con conciencia de clase trabajadora y opuesta por principios a los postulados de la derecha.

Huelga decir que el segundo grupo es mucho más numeroso  que el primero –todavía hay más currantes que intelectuales- y es a él a quien cabe atribuir el éxito de los partidos de Izquierdas tanto en el Gobierno como en  autonomías y municipios.

El problema es que cada vez son menos.

No hay más que salir a la calle para observar como está cambiando el tejido social de este País. Hostelería, agricultura, construcción e industria se nutren cada vez en mayor medida de la mano de obra extranjera, no solo por costes -que también- sino porque los puestos de trabajo que ofertan cada vez interesan menos a los nacionales, que además luchan con denuedo para borrar de sus perfiles cualquier rasgo de “obrerismo”.

Así las cosas, es normal que desde el PSOE se preocupen por este fondo electoral. Su futuro a medio plazo pasará sin duda por esa nueva clase obrera.

De intelectuales, artistas y escritores de blogs mejor harán en no fiarse. Quizá exceptuaría a Mario Toledo, que ha escrito un ponderadísimo artículo sobbre el tema.