Ese soy yo

Aunque quizá algunos de ustedes crean conocerme, permitan que me presente.


Mi nombre es Bernardo Muñoz Carvajal: Soy varón, heterosexual, comedor habitual de cerdo y nunca le hago ascos al vino salvo que un tipo con faldas me lo sirva en un copón bendito.

Sumen a tales defectos que ni toco el bongo ni monto en bicicleta y entenderán que me considere al borde de la exclusión social en una ciudad tan políticamente correcta como Barcelona. Y es que no hay marginalidad más cruel que aquella que te hace asumir que perteneces a ese colectivo que jamás pillará subvenciones, ayudas o microcréditos, que pagará por todas y cada unas de sus necesidades, que sufragará de su pecunio sus cada vez más escasos vicios, y que jamás obtendrá de su ayuntamiento otra cosa que indiferencia y desprecio.

Por si mi carácter no les parece aún suficientemente perverso, añadan a la problemática anterior que no soy nada nacionalista, o sea, ni nacionalista ni anitinacionalista, lo que me granjea permanentes desencuentros entre quienes lo son y los que creen no serlo.

Por lo demás, tengo muchas opiniones pero pocos dogmas. No milito en ningún partido -me abochornan todos- y acumulo graves fisuras ideológicas que, lejos de reprimir, tiendo a airear.

Durante años desnudé mis pensamientos en un blog que algún pirata ya jubilado logró cerrarme. Y no entiendo el motivo de tal saña, pues en aquella bitácora rara vez hablaba en serio. Desde entonces, he tratado de revitalizarlo en un par de ocasiones, frustradas siempre por falta de constancia.

Ahora vuelvo a la carga bajo una nueva prespectiva. La de saber que, esctriba lo que escriba, resultará muy difícil que nadie me lea. Quizá no exista mayor libertad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario