sábado, 14 de abril de 2012

Trofeos de caza

Si al rey tuvieron que emborracharle un oso para cazarlo ¿Que no habrán metido por la trompa a los pobres elefantes?




Y es que parece que su majestad -que no mía- tiene tanto gusto por matar como problemas con la puntería. Por ello asusta pensar en el salón de trofeos de caza de la Zarzuela: Osos borrachos, elefantes indefensos, el hermano del rey y casi casi su nieto.

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