martes, 29 de abril de 2008

Contratos de integración (I)

arenas_limpiabotas.jpgMataró, ocho y media de la mañana. En la barra de un bar del extrarradio, dos garrulos de unos 50 años apuran sendos lingotazos, uno de anís y orujito el otro.

Hacen gala de su oficio: cinta de medir colgada al cinturón, restos de cemento en la ropa y, junto a la copa, el móvil con su funda y las llaves de la furgoneta. Transcribo:
- Oye, ¿y cómo va fulano con los encofrados?
- Ahí lo tienes, ha echado mano de unos chinos para que le saquen el trabajo.
- ¡Chinos? ¿Y ya les paga?

(risas)
- Algo les dará al final, me imagino.
- Pero ni contrato ni hostias, supongo.
- ¿Contratos? ¿700 euros se va a gastar ese en seguros? ¡Anda ya!

(Nuevo trago).
- Y eso contando que cuando acabe no abra un hoyo, tire ahí a todos los chinos y les eche cemento encima.
(más risotadas)
- Si es que se lo merecen, coño.
- Total, nadie los echará de menos. Si son todos iguales. ¡La madre que los parió, qué cabrones son!

(descojone total)

Pues bien, tras esta conversación, que sólo es una más de las que pueden oirse cada dia en cualquier lugar con alta presencia de extranjeros, me pegunto:

¿A esta gente no hay contrato que les regule?
¿Son integrables personas así en nuestra sociedad?
¿Habría que expulsarlos del país?

[tags]contrato,inmigrantes,racismo,cuanto hijoputa hay suelto[/tags]

4 comentarios:

  1. La conversación demuestra que hay gente que los piratas de Somalia pueden secuestrar sin hacer daño.

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  2. Lo de recluirlos en un barco en aguas internacionales no es mala idea.

    Otra sugerencia es enviarlos al limbo, ese país sin contacto con la realidad donde deben vivir los inspectores de trabajo.

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  3. Pues otra posibilidad Bernardo, no tan lejos de tu idea de limbo, es tener una versión de Gran Hermano para racistas. Claro, tendrán que construir su propia casa, limpiarla, cultivar y recoger toda la fruta y verdura que necesitan. En el caso de recibir un orden de expulsión de la casa, tendrán que firmar un contrato de (re)integración en la sociedad. ¿Que te parece?

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  4. Ni el proyecto Gran Scala de los Monegros tendría capacidad para acoger a toda esta gente.

    Tampoco te olvides de cuidar, limpiar, sacrificar y transformar el ganado. Nuestro racista atrio no suele ser vegetariano. Interpretando aquela frase que dijo Jack Nicholson en una película:
    "Empiezas comiendo solo lechuga para proteger los derechos de los animales con todo ese rollo del pacifismo y cuando te quieres dar cuena ya tienes una polla negra clavada en tu culo".

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