La extraña lógica del capitalismo

Louis Gallois, el nuevo presidente de Airbus, anuncia inminentes despidos para solucionar el problema de los retrasos en la entrega de los aviones.

Díganme tonto, pero no lo entiendo.

O sea que despiden al anterior presidente por aplazar más de un año la entrega de las primeras aeronaves y su sustituto, para intentar corregir estas demoras, lo primero que hace es echar gente a la puta calle.

¿Que pasa, que no cabían en las fábricas? ¿Qué el ritmo de trabajo había bajado porque los empleados se pasaban el día empujándose y dándose codazos para conseguir algo de espacio? ¿O que como eran tantos y se lo pasaban tan bien se olvidaban de currar?

Porque la lógica indica que si una fabricación se retrasa, lo lógico es disponer de más medios técnicos y humanos para subsanar la anomalía.

Sin embargo, parece que la receta mágica para muchos directivos es atajar todo mal echando gente a la calle. Como esos médicos que, sea cual sea la enfermedad de la paciente, lo primero que dicen es: “por favor, se me quita las bragas”.

Y no crean que este ejemplo es una simple metáfora. Muchos trabajadores del consorcio, casi seguro que los que menos culpa tienen del caos de Airbus, ya pueden ir bajando su ropa interior poor debajo de las rodillas.

Les van a dar bien por el culo. A ellos y a sus familias.