martes, 31 de octubre de 2006

Elvira

Narcisa Elvira Puebla nació un 1 de noviembre de 1936 en un penal de Valladolid. El delito de su madre, Isidora, fue estar casada con un rojo sindicalista, en aquellos días también preso y condenado a muerte. Isidora, en su condición de rea, tan siquiera pudo escoger el nombre de su hija. Se arrogó tal derecho una comadrona falangista, que la bautizó como Narcisa en recuerdo quizá del puto sublevado que se la folló por primera vez en aquellos días de euforia rebelde.

Por tanto, Narcisa siempre renegó de su nombre y utilizó como tal el apellido de su padre, Elvira quien, pese a no ser ejecutado, murió años más tarde sin superar el horror de las cárceles franquistas. Las cosas no fueron fáciles para Elvira en el Valladolid de la posguerra, pero sobrevivió como lo sólo lo hacen los fuertes.

En Barcelona y tras innumerables esfuerzos encontró la felicidad.

Elvira era una persona sencilla, poco ilustrada y con ideas siempre nobles. Hay quien la definió como a una “roja” que tenía devoción por la Virgen o como a una católica que perjuraba de curas y monjas. Y lo hacía manejando un castellano del que ya no se escucha.

A Elvira se le atribuyen algunos hechos extraordinarios, como haber parido a la mujer más maravillosa del mundo – la mía- o cocinar unas croquetas que siempre estarán en la memoria de su nieta.

Elvira era una persona dura y poco amiga de homenajes. Dudo que jamás pensara que recibiría uno de su yerno, quien es tan expresivo en sus emociones como una caja de zapatos.

Elvira nos ha dejado demasiado pronto. Si tienen un segundo, piensen en ella con cariño. Quien además crea en algo puede rezar por su memoria, que es la de las personas buenas.

Pero por favor, no la llamen Narcisa.

5 comentarios:

  1. Un abrazo, compañero. Y, permíteme, un cariñoso beso a tu familia.

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  2. Sin palabras, para no estropear un precioso post, que habla de tu calidad humana, que es enorme.

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  3. Hasta siempre Elvira !!! Sin duda debería estar muy orgulllosa de tí.

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  4. Os acompaño en el sentimiento a tí y a toda tu familia, ya que una persona como Elvira, se tiene que echar en falta. Pero la vida es así y la vida sigue. Háblale siempre a tu hija de su abuela y de su gran corazón y de las dictaduras, para que no caiga jamás en la trampa de la ultraderecha.

    Un abrazo

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  5. Gracias. Se me han saltado las lagrimas. Un besazo.

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