lunes, 4 de septiembre de 2006

Las plagas de los países ricos

obesa.jpgEl mundo está al borde de una pandemia de obesidad, señalan los expertos reunidos en Sidney, que consideran esta amenaza tan grave como la gripe aviar y apuntan que el número de obesos supera ya al de desnutridos en el planeta.

Imagino que en el tercer mundo millones de hombres, mujeres y niños desearían contagiarse con esta plaga. De hecho, su anhelo por inocular el virus del exceso de alimentos es tal que les lleva a abandonar sus hogares y emigrar hacia las zonas más infectadas del planeta.

Situar desnutrición y obesidad en un mismo plano nos parece sencillamente inmoral. Y es que nosotros disponemos al menos de la facultad de decidir cuanto podemos o debemos comer, pero quienes no tienen qué llevarse a la boca carecen de opciones.

Claro que es fácil entender las preocupaciones de los gobernantes. El ganado cebado en exceso rinde menos y puede sufrir enfermedades cuya cura en muchos casos –cada vez menos- deberá ser sufragada gracias a la magnificencia del estado del bienestar. Para colmo, el estudio apunta a que en los países emergentes, en cuanto sus habitantes tienen cuatro duros en el bolsillo se apuntan a la moda de llenarse la barriga de alimento, sin preocuparse lo más mínimo por mantener la dieta del pepino.

Una vergüenza, oiga.

Preocupa menos a la economía occidental que la gente se muera de hambre. Ocurre lejos, contribuye a limitar los flujos migratorios y sobre todo sale mucho más barato.

5 comentarios:

  1. Pues por lo que he oído, es en países como Colombia o Guatemala donde también están dándose casos de obesidad mórbida y no sólo en dirigentes tipo Amín Dada. Igual que las tabaqueras hacen mercado allí, Donuts, McDonalds y CocaCola también. De hecho un amigo que trabaja en una ONGD allí no pocas cosas me cuenta: granjeros que abandonan sus cultivos por transgénicos por ser más baratos (dumping) y cuando tienen un mercado y una dependencia (semillas) se disparan los precios...
    Saludos.

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  2. Hola y bienvenido, Mikel.
    Acabas de poner el dedo en la herida. Y es que buena parte de los problemas de obesidad no cabe achacarlos a una glotonería atroz, sino a la influencia de la industria de la alimentación, a la que se critica por una parte a la par que se le permite influir a sus anchas sobe nuestros hábitos dietéticos.
    Y volvemos a lo de siempre. Los pueblos desarrollados son los únicos que pueden permitirse una cultura gastronómica selectiva, usen o no de ella. El resto se ha de conformar con lo que le echen.
    Y conste que, por políticamente incorrecto que parezca, no estoy en contra "per se" de la ingeniería genética en la industria de la alimentación. Un empleo raiconal de la misma podría solucionar muchos problemas de falta de alimentación en los países más necesitados.
    Aunque esto quizá sea otro debate.
    De nuevo gracias por estar aquí.

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  3. En el fondo, somos aquello que (NOS) comemos

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  4. Te propongo dos parecidos razonables:

    Joan Puigcercós = Toni Soler

    Mercedes Milà = Kiko Veneno

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  5. Gracias, Abel. Eres fuente inagotable de inspiración. Claro que uno tiene sus propios recursos. Solo por ello, si permanecen unos minutos atentos a la pantalla, podrán disfrutar de uno de los mejores "se dan un aire" aparecidos en "El Siglo de las Luces".
    Hasta ahora.

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