martes, 11 de abril de 2006

LOSANTOS CONTRA TODOS


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El clan de Losantos intenta imponer su ley a través de la COPE ante las tradicionales familias de la derecha española.


El clan de Losantos intenta imponer su ley a través de la COPE ante las tradicionales familias de la derecha española. 

La batalla mediática está abierta. La sangre corre por Madrid en forma de ríos de tinta y cada bando aparece recluido en su cuartel general trazando estrategias de crisis. Los conseglieri tienen trabajo. Cada día se abren y cierran nuevas alianzas. Casi todas se traicionan.

Los capos esgrimen diferentes motivos para esta oleada de violencia pero todos están de acuerdo en reconocer la chispa que ha dado origen a la actual guerrra periodística.

Federico Jiménez Losantos, ese sicario experto en el juego suicio que tan tan buenos resultados dio ante el enemigo, ha decidido ascender a la categoría de Padrone y formar su propia familia. Y claro, en un espacio tan poblado como la Derecha española, el acomodo de un nuevo miembro solo puede conseguirse a costa de eliminar a alguno de los clanes establecidos. Federico ha golpeado duro. No solo al enemigo natural -Prisa, Grupo Z- sino a sus presuntos colegas mediáticos -ABC, Punto Radio, Planeta- o políticos -Gallardón, Fraga, Piqué, Arriola, Elorriaga-. El resto de familias se debate ante la tesitura de pactar con él o destruirlo. Están desunidos. Y es que temen a ese advenedizo.

Federico ha aprendido mucho, y de los mejores. Pero, a diferencia de sus maestros, Losantos hace caso omiso del código de honor que siempre ha marcado las relaciones entre los clanes. Hombre sin escrúpulos, no duda jugar con las víctimas de terrorismo o las diferentes autonomías en beneficio propio, crispándolas, insultándolas, fomentando odios entre ellas o ofreciéndoles el abrazo del oso. Su objetivo está claro: Erigirse como la unica voz de la derecha en España. Decidir quien es afecto o no a una ideología concreta que él mismo marca en función de sus intereses, conceder placets y beneficios a sus afectos y destruir cualquier voz disidente. Su propio fin es ser temido.

Losantos no es el primer periodista que usa de su profesión como instrumento para acumular poder. Curiosamente muchos de ellos han recalado en la COPE. Encarna Sanchez o Jose María García son ejemplos claros. Sus bolsillos se llenaron a base de vilipendiar a unos y amenazar a otros. Pero quizá ninguno de ellos apuntó tan alto como Federico. En manos del resto de familias está acabar -mediaticamente- con su poder o erigirlo como el nuevo, el único, el incontestable y temido Padrone de la derecha española.

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