EL MALDITO HOMBRE DEL TIEMPO

O como una noticia puede arruinarte el día.

"Ola de frío y lluvia para el fin de semana con cotas de nieve que pueden alcanzar el nivel del mar en la mitad norte del país".

Ni estatut, ni papeles de Salamanca, Ni Irak, ni leches.

Si querían amargarme la jornada ya lo han conseguido.

Y es que justamente el próximo fín de semana tengo prevista -y pagada, todo hay que decirlo- una escapada a Andorra con la familia, la cual llevamos preparando con cariño desde hace un mes.

Conociendo el alarmismo con el que últimamente se presenta la información meteorológica en los medios de comunicación -no es lógico abrir un telediario con un titular como "Es Enero y nieva en Burgos"- no tengo nada claro que la perturbación que nos acecha suponga un especial problema, pero su anuncio ya ha sembrado en mí la sombra de la duda.

¿Debería cambiar la reserva ahora que - supongo- aún estoy a tiempo?

Tome la decisión que tome, el mal ya está hecho.

Voy a estar jodido observando como el hombre del tiempo -o mujer, me da igual, para mí siempre es el hombre del tiempo - se ríe de mi infortunio tanto si llueve y nieva como si no. Y es que el maldito presentador sabe la mi única opción será siempre elegir la decisión incorrecta.